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El Madrid de Robert Capa. Madrid bajo el terror aéreo
25 noviembre, 2019. 12:30
RUTA GUIADA
De todos es sabido que la fama de Robert Capa, como gran fotógrafo de guerra, está especialmente vinculada Guerra Civil española y algunos de sus episodios. Por el contrario, se desconoce bastante su relación con Madrid donde, según su biógrafo Richard Whelan, las imágenes que tomó de la ciudad «ponen de manifiesto que empezaba a comprender cómo la verdad de la guerra no solo se encuentra en el fragor del combate, en el espectáculo oficial, sino también en sus contornos, en los rostros de los soldados que soportan el frío, la fatiga y el tedio detrás de las líneas, y de los civiles destrozados por el miedo, el sufrimiento y la pérdida». Una lado de la guerra que, hasta entonces, no había sido contado gráficamente.
Las rutas diseñadas por el Festival Robert Capa estuvo aquí siguen el rastro del fotógrafo y de las bombas por las calles de la ciudad. El punto de partida en todos los itinerarios es la sala 206 en el Museo Reina Sofía, Guernica y años 30, en la que se muestran las dos fotografías tomadas por Capa ante el número 10 de la calle Peironcely, en noviembre de 1936.
Aforo: 25 plazas por itinerario
Asistencia: gratuita previa inscripción en el teléfono 91 456 21 31 o en agfitel@agfitel.es
Punto de encuentro: Museo Reina Sofía, conexión entre Edificio Sabatini y Edificio Nouvel, Planta 1
Guías: Mediodía de Madrid. Carlos Antonio Figueroa Lillo y Aurelio Merino López
Recorrido: Museo Reina Sofía; Puerta del Sol 12; calle del Carmen 10; Gran Vía 28; plaza del Callao 4; calle Fomento 25; plaza de España; calle profesor Martín Almagro Basch 1.
Madrid bajo el terror aéreo
«Ay vieja Europa, (…) Dios quiera que tanta sangre no te ahogue»
Proféticas palabras del periodista francés Louis Delaprée, voz comprometida hasta su trágico final entre las de distinta condición que glosaban en aquel noviembre madrileño de 1936 la durísima gesta vivida por la primera ciudad del mundo convertida en sí misma en objetivo de guerra total.
Aventureros unos, idealistas otros, lanzaban al mundo los sórdidos ecos de la guerra en la extravagante España desde la torre de Teléfonica; espejo de progreso solo una década antes y ahora solitaria boya de esperanza en medio de una galerna desatada de barbarie y totalitarismo.
Notarios foráneos tuvo bastantes esa guerra, pero también oriundos del propio solar martirizado, a golpe de pluma o de negativo, como lo fueron Alfonso, Santos Yubero o Amador. Tanto de ese invierno de metralla y ominosa incertidumbre de muerte, como del verano anterior de tórrida furia revolucionaria.
De la Puerta del Sol con sus entrañas al aire, y la Gran Vía , centro de esa enorme diana de un millón de almas, a la Montaña del Príncipe Pío y su desaparecida fortaleza, terrible Bastilla española.
El visitante evocará aquel tiempo en que bajo sus pies se libró la batalla por ahora definitiva contra nuestros propios fantasmas seculares, escoltados por los que resultaron ser los de toda la humanidad.
