La escultura de los Premios Internacionales Peironcely 10 (PIP10) es un homenaje a la fotografía que Robert Capa captó, durante la Guerra Civil española, ante la fachada del edificio situado en la calle que da nombre a estos galardones. Una imagen protagonizada por dos niñas y un niño, de identidad desconocida, que simboliza la vulnerabilidad de la infancia ante el horror de la guerra.

Fiel al espíritu simbólico de la imagen de Capa, la estatuilla de los PIP 10, obra de la artista Emma García-Castellano, honra también la memoria de todos los niños y niñas que han sido y son víctimas de los conflictos bélicos, en todo tiempo y lugar. Para ello, la autora de la escultura ha devuelto su corporeidad a los tres personajes protagonistas de la fotografía en la que se inspira, recreándolos con una delicada sensibilidad y ofreciéndonos la esperanza de que todavía estamos a tiempo de lograr un futuro en paz, de no truncar más la sonrisa inocente de la infancia. 

Las figuras de la escultura están realizadas en bronce, sobre una base en tres alturas de mármol travertino y una fina lámina de piedra de calatorao, ambas sin pulir. Las piedras donde se sitúan las figuras no son una peana, constituyen parte de la propia obra, recreando el espacio donde sucede la escena y aportando calidades de color y materia al pequeño conjunto escultórico.