Proa del Ensanche hacia el profundo mar del extrarradio

Autor de la fotografía: Andrés Palomino

RUTA GUIADA

Madrid, como capital de España ya de manera permanente desde el siglo XVII, se convirtió en un polo de atracción de población del resto de la Península desde ese momento, pero es a partir de mediados del siglo XIX cuando este crecimiento se dispara y la ciudad encuentra graves dificultades para alojar a toda esa emigración que busca un futuro en Madrid, asentándose en nuevos barrios que cada x años rompen los límites de la ciudad y engullen a los municipios limítrofes. Tras una primera fase de ocupación en que esta población se aloja en viviendas autoconstruidas terriblemente precarias, y que ya no existen, pasan a ocupar las nuevas colonias que se construyen, al calor de la ley de Casas Baratas de 1911. Este patrimonio obrero, que poco a poco va desapareciendo y del que cada vez quedan menos testimonios, es en torno al que girarán las rutas programadas para este año, en tres barrios creados en esos momentos: Cuatro Caminos, Prosperidad y Pacífico-Entrevías.

Asistencia: 20 plazas por itinerario
Acceso: gratuita previa inscripción en mediodiademadrid@yahoo.es o en el teléfono 91 456 21 31
Punto de encuentro: Metro Menéndez Pelayo. Salida calle Gutenberg
Guías: Mediodía de Madrid. Carlos Antonio Figueroa Lillo y Aurelio Merino López
Recorrido: Real Fábrica de Tapices; Colegio San Isidoro; Colegio Quevedo; calle Juan de Urbieta, 18; Nave de Motores; calle Caridad, 28; Colegio Calvo Sotelo; Centro Cultural Las Californias; placa Ayuntamiento bajo M30; iglesia San Ramón Nonato; calle Monte Igueldo, 68; calle Monte Igueldo, 96 y 105; Colegio Fernán Caballero; calle Peironcely 10

Proa del Ensanche hacia el profundo mar del extrarradio

Prometedor horizonte aquel que se abría para la ciudad en el espacio franco que se extendiera desde las tapias de El Retiro hasta el cauce del humilde Abroñigal, tenido así como última frontera del destino manifiesto de la expansión madrileña decimonónica. Todo un océano pardo como aquel otro azul que disputaba a cañonazos nuestra Armada por aquellos días con  varias jóvenes repúblicas americanas.

Aquí las fragatas blindadas que lograrían el avance serían galpones y naves industriales cuya actividad  y, por ende, necesidad de trabajadores trasplantaría a estos entonces alejados predios las corralas arquetípicas de los atestados barrios céntricos , además de generar la creación de pequeñas barriadas de humilde construcción y genuino carácter, hoy casi por entero desaparecidas.

Veremos, con ustedes, los últimos vestigios de estas y de las industrias pioneras, antes de atravesar el simbólico límite del arroyo, desde hace medio siglo autopista, y adentrarnos en un ya imposible de recordar espacio rural el cual procelosos cambios sociales y de la geografía humana hicieron desaparecer y mudar de forma caótica, encomendándose su dibujo final a la inspiración de jóvenes arquitectos y la autogestión de valientes pobladores.

Sean testigos, con nosotros, de este proceso de superación de la ciudad más allá de sus límites físicos y de convivencia.

Y más allá, al final, Peironcely 10, símbolo de todo esto y muchas cosas más, pasadas y futuras.